Cámara baja de EEUU aprueba procedimiento judicial contra Barack Obama | Correo del Orinoco

La Cámara de Representantes estadounidense, controlada por el partido republicano, autorizó este miércoles la iniciación de un proceso judicial contra el presidente Barack Obama por abuso de poder, un procedimiento inhabitual y calificado de electoralista por los demócratas.

En la instancia se aprobó por 225 votos contra 201 una resolución autorizando al presidente del cuerpo, John Boehner, a comenzar un procedimiento judicial contra el mandatario, acusándolo de haber violado sus responsabilidades constitucionales por no aplicar fielmente la ley de reforma del sistema de salud de 2010.

Mientras que todos los demócratas votaron en contra y aseguran que la acusación es paradójica para muchos de ellos, porque los republicanos odian precisamente esa reforma, apodada “Obamacare”.

“El presidente Obama se excedió en sus poderes constitucionales y es responsabilidad de la Cámara de Representantes defender la Constitución”, explicó Boehner el lunes en un artículo.

El futuro del procedimiento de la cámara es incierto, porque la justicia se mostró hasta ahora reticente a arbitrar en conflictos entre los poderes ejecutivo y legislativo.

Los aliados demócratas del presidente afirmaron en los últimos días que el objetivo republicano es en realidad el “impeachment” (procedimiento de destitución) de Barack Obama, una suerte reservada a presidentes acusados de delitos graves, como Bill Clinton. Pero los líderes republicanos desmintieron firmemente que esta sea su intención real.

“En lugar de presentar una demanda contra mí porque hago mi trabajo, quiero que el Congreso cumpla con el suyo y haga la vida de los estadounidenses que los eligieron un poco mejor”, replicó Obama este miércoles durante una reunión en Misuri. “!Paren de hacer teatro!”, acotó.

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Diez claves para entender el conflicto entre Israel y Palestina

El estado de Israel existe desde 1948, luego que la Asamblea General de las Naciones Unidas decidiera, como única solución posible al conflicto, partir a Palestina en dos estados independientes y una zona internacional en la ciudad de Jerusalén bajo control de las Naciones Unidas, con una unión económica entre las tres entidades. Con esto, la ONU aspiraba -supuestamente- acabar con las diferencias árabe-judías. El año de fundación de Israel, 1948, tiene por el contrario resonancias trágicas para el pueblo palestino que, de hecho, lo recuerda como la “Naqba” (catástrofe, en árabe).

El investigador del departamento de Historia Contemporánea de la Universitat de València, y especialista en Historia Contemporánea de Palestina e Israel, Jorge Ramos Tolosa, concluye que en torno a 1948: “Palestina fue borrada del mapa, e Israel nació sobre sus ruinas”.

Desde el punto de vista religioso, unos y otros (en conflicto) se acreditan ese territorio porque les fue otorgado por Dios. En la actualidad el ejercito regular de Israel bombardea no sólo objetivos militares sino civiles (hospitales, escuelas, viviendas) causando bajas de mujeres, niñas y niños constantemente.

Israel cuenta con poderosos equipos de guerra

El conflicto en la zona no se ha resuelto por:

1. Hace 66 años, desde la expulsión de entre 700 y 950 mil palestinos y palestinas y la confiscación de sus viviendas, tierras y propiedades, ningún refugiado o refugiada ha podido retornar a sus casas ni ha recibido reparación.

2. Israel no ha cesado de colonizar la tierra palestina y de expoliar al pueblo palestino de sus recursos, negando su autodeterminación y violando sus derechos fundamentales, con total impunidad.

3. Todas las resoluciones de Naciones Unidas que obligan a Israel a cesar la ocupación de territorio palestino son ignoradas, y dicho país cuenta con el respaldo de Estados Unidos.

4. Diez años después de la Sentencia del Tribunal Internacional de Justicia de la Haya, que exigió el desmantelamiento del Muro, Israel mantiene impunemente esta infraestructura de Apartheid.

5. Los palestinos fueron arrancados de sus tierras para convertirlos en los mendigos del mundo. Sin hogar, sin tierra y con una fuerte carga de dolor e injusticia, transcurrieron con el peso de su vida estos fatídicos 64 años. En el que un Estado ajeno y un pueblo extranjero se estableció sobre una precaria legalidad internacional en su milenaria tierra.

6. Desde el inicio de las supuestas conversaciones de paz, iniciadas en agosto 2013 y suspendidas a finales de abril por Israel, este país ocupante ha autorizado la construcción de 14.000 nuevas viviendas israelíes en asentamientos ilegales, 3.226 de ellas en Jerusalén Este; ha asesinado a miles de personas palestinas y herido a 1751; ha demolido 508 viviendas, escuelas, fábricas y demás construcciones palestinas; ha desplazado a 899 y arrestado a 3300 palestinos y palestinas.

7. La Partición del territorio por parte de ONU impulsó un ‘Estado árabe’, llamado de este modo. De manera abusiva y frente a las miradas atónitas palestinas, la ONU desnaturalizó y alejó la identidad nacional palestina de su tierra y de sus raíces, cambiando ilegalmente su milenario nombre por el de ‘árabe’. Tampoco se tomó en cuenta la rica historia cananea-palestina y su presencia efectiva pre y post árabe en Filistin, nombre arameo de Palestina, tal como figuró en los mapas de La Biblia antigua.

8. La Declaración Universal de los Derechos Humanos, proclamada por la ONU (10/12/1948), dejó al descubierto en sus 30 Artículos, la precariedad jurídica de la Partición y la gravedad de la expulsión del pueblo palestino tras arrancarles sus casas y su país. “Nadie será privado arbitrariamente de su propiedad” (Art.17.2) y “A nadie se le privará arbitrariamente de su nacionalidad” (Art. 15.2). La potencia ocupante emiten a los habitantes palestinos de Jerusalem, un ilegal carnet, que en nacionalidad, figura: ‘jordanos’.

9. La ocupación israelí de territorio palestino mantiene a un pueblo en aislamiento, en campos de refugiados y ciudades bloqueadas con servicios deficientes, donde gran parte de los caminos y vías de acceso son israelíes y en los cuales los palestinos no tienen permiso para transitar. Salir de un poblado hacia un hospital amerita atravesar puntos de control y alcabalas con detectores de metales, cercas, muros y revisiones constantes; el suministro de agua es sometido a racionamiento. La ayuda internacional de alimentos, medicamentos, materiales de construcción son bloquedas por Israel.

10. Es una verguenza internacional que el heroico pueblo palestino siga siendo masacrado por uno de los ejércitos más poderosos del mundo y la Comunidad Internacional guarde silencio. El pueblo palestino NO CUENTA CON UN EJÉRCITO REGULAR.

A Israel ya lo investiga la ONU por crímenes de guerra

EMILIO MARÍN

El prestigio internacional de Israel era casi igual a cero antes de los ataques e invasión a la Franja de Gaza denominada eufemísticamente “Borde Protector”. Es la tercera de la serie de los  últimos cinco años: una en 2008-2009, que provocó 1.400 muertos palestinos; y otra en 2012 que causó “sólo” 180 muertos de esa nacionalidad. En una y otra tanda agresiva la mayor parte de las víctimas fueron civiles.

El nombre de fantasía de esas campañas de exterminio es engañoso, como el actual. La única vez que la etiqueta estuvo en consonancia fue hace cinco años, cuando se llamó “Plomo Fundido”.

La actual va camino a disputar el podio de las más destructivas de las familias palestinas en la congestionada franja donde viven 1.8 millón de habitantes, bloqueados por Israel desde 2006, cuando el Movimiento de Resistencia Islámica, Hamas, ganó las elecciones del gobierno local y ubicó allí a su líder Ismail Aniyeh (su máximo referente, Jaled Meshal, vivió exiliado muchos años en Siria y actualmente está en Qatar).

Los israelitas han destruido 500 casas, atacado escuelas, mezquitas y hospitales, desde que empezaron los bombardeos contra Gaza, el 8 de julio. La labor destructiva se incrementó a partir del 17 de julio, cuando se concretó la invasión terrestre. Hasta ayer el conteo de víctimas era bien demostrativo de quién ataca a quién y con qué medios desproporcionados: 828 palestinos muertos y 35 israelitas; de éstos 32 militares y 3 civiles.

Las cifras, que ya habrán quedado desactualizadas, son elocuentes de la disparidad de bajas, pero también de su naturaleza: el 80 por ciento del casi millar de palestinos asesinados es civil; del lado sionista, de su treintena de bajas, los civiles son el 8,5 por ciento. De estos números se deriva una cuestión esencial. Los militares invasores cayeron en combate, martirizando a la gente, en suelo ajeno. Los palestinos fueron alcanzados por misiles en sus domicilios o refugiados en escuelas o mientras estaban siendo derivados en ambulancias o incluso en el hospital; y todo eso en su propia tierra.

No respetan ni  a la ONU

Los crímenes ordenados por el gobierno de Benjamin Netanyahu y llevados a cabo por sus “Fuerzas de Defensa” vienen superando los récords de otras invasiones. No tanto en número, pues todavía les falta un poco para llegar a la marca de los 1.400 muertos de 2008-2009, pero sí en la variedad de los blancos civiles.

Han lanzado bombas sobre dos hospitales de la zona, contra la mezquita de Al Shamaa, que dicen tiene 700 años de antigüedad; sobre el barrio de Shujaiya, donde el domingo pasado fueron muertos más de 70 habitantes; sobre escuelas y otros lugares que aún en las guerras suelen respetarse por los contendientes.

Sucede que ésta no es una guerra, al menos una convencional. De un lado está el reputado como el cuarto o quinto ejército mejor armado del mundo, incluso con munición nuclear, y del otro hay un pueblo palestino que cuenta con algunas organizaciones que practican una resistencia guerrillera, como las Brigadas Ezzedine al Qassam (de Hamas) y la Yihad Islámica.

La parte agresora es claramente Israel. Y si alguien tenía alguna duda al respecto la habrá evacuado al anoticiarse que ese bando no ha respetado siquiera las instalaciones de las Naciones Unidas en la Franja. La última –última por ahora- fueron los disparos de tanques israelitas contra la escuela perteneciente a la ONU en Beit Hanun, donde murieron 17 personas y otras decenas resultaron heridas. Albergaba a 1.200 palestinos que habían huido de sus hogares considerando que en la escuela estarían más seguros.

El secretario general de la ONU, Ban Ki moon, de gira por los países de la región, calificó lo sucedido como  un horror y dijo en un comunicado que estaba en estado de shock por lo sucedido. El diplomático surcoreano pidió a Israel tener cuidado con atacar esos sitios, porque “más de 100.000 habitantes de Gaza, el 5% de la población total, han buscado refugio en instalaciones de la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (Unrwa)”.

Evidentemente los militares israelitas no le llevan el apunte porque la escuela fue el cuarto establecimiento de la ONU atacado que comenzó la agresión a Gaza el 8 de julio.

Fuerte repudio mundial

Hasta ahora Netanyahu sólo mantiene el apoyo de Estados Unidos y unos pocos gobiernos europeos, que justifican la operación “Margen Protector” con la excusa de los cohetes que las organizaciones palestinas disparan contra Israel. Como quedó dicho, el saldo de los mismos fueron dos israelitas fallecidos y un trabajador de origen tailandés. El resto de las bajas son militares que perdieron la vida invadiendo Gaza.

De todos modos, aún con aquellas justificaciones, también esos gobiernos han comenzado a pedir moderación al premier sionista, en vista del repudio mundial en ascenso por la cantidad de muertos civiles en la Franja. O sea que los mismos aliados de Israel tratan de poner alguna distancia con el genocidio. Al secretario de Estado John Kerry, también de gira por la región –como Ban Ki moon evitó por supuesto ir a Gaza-, se le escapó delante de un micrófono que había quedado abierto: “vaya con la precisión milimétrica” de los ataques israelitas.

En medio de los repudios internacionales hay uno que merece subrayarse, por lo importante en el plano político, aunque por sí mismo no parará el derramamiento de sangre palestina. Y es que el Consejo de Derechos Humanos de la ONU resolvió el 23 de julio en votación amplia pero dividida abrir una investigación sobre la actuación de Israel, considerando que en principio son “crímenes de guerra”.

La reunión del Consejo fue en su sede de Ginebra, a instancias de la alta comisionada, Navi Pillay, una convencida de que esos ataques a la población civil constituyen esa clase de delitos. Se supo que 29 países votaron por la afirmativa, creando la comisión investigadora, y otros 17 se abstuvieron, con lo que en definitiva quedaron como una especie de reserva oportunista que Tel Aviv podría tratar de poner de su lado.

Por supuesto que esta investigación contra los crímenes del sionismo no restaura el raído prestigio de Naciones Unidas; nuevamente ha sido incapaz de tomar decisiones justas y prácticas en el momento oportuno. Por otro lado se realza el hecho de no haber habilitado a Palestina el ingreso formal y con todos sus derechos a la ONU, cuando pidió ser el miembro número 192 de la entidad.  A Sudán del Sur le dieron esa banca. Palestina quedó como estado observador y en cambio Israel tiene todos los derechos: es una situación injusta que urge revertir.

¿Quién gana y quién pierde?

Tel Aviv viene perdiendo la partida en política a nivel mundial. Es que la opinión pública y muchos gobiernos advierten que además de cometer agresiones militares, sus gobernantes son muy mentirosos. Por caso, pese a los muchos testigos que dijeron haber visto a los tanques israelitas disparando contra la escuela de la ONU, aquellas autoridades le echaron la culpa a “los misiles de Hamas”. Conducta criminal y, encima, falsificadores, que en Argentina fueron apoyados el 23/7 por la DAIA y Organización Sionista Argentina.

El aislamiento y repudio a ese gobierno se vio en el conflicto que generó con Brasil. Enojado por las críticas de la cancillería brasileña que llamó en consulta a su embajador (a propósito, ¿por qué Argentina no hizo lo mismo?), la cancillería israelí dijo que esas críticas favorecían “al terrorismo”. Y el vocero, Igal Palmor, ofendió a Itamaraty al calificar a Brasil como un “enano diplomático”, con lo que se empujó al gigante sudamericano más en dirección a los palestinos.

Expresiones de legisladores sionistas de que convendría matar a las mujeres palestinas para que no tengan más “hijos terroristas” evocan las anteriores declaraciones del canciller Avigdor Lieberman, referidas a que se podría arrojar una bomba atómica sobre Gaza (Israel cuenta con 200-300 de esas armas nunca inspeccionadas por la OIEA).

El embajador israelí en EE UU, Ron Dermer, manifestó que “las Fuerzas de Defensa israelitas deberían recibir el Premio Nobel de la Paz,  ya que luchan con una contención inimaginable” (AFP, 23/7).

Está bien que ese premio fue dado a Barack Obama, quien ha mantenido las guerras en Irak y Afganistán, y a agredido o ayudado a agredir a Cuba, Irán, Libia, Siria y Ucrania. Pero al afroamericano le dieron un premio cuando engañaba y prometía un cambio menos bélico. Suena a provocación que se proponga esa distinción para los que están cometiendo genocidio.

En el plano político-militar, que los invasores hayan tenido 32 muertos y un efectivo capturado por Hamas es un llamado de atención para Netanyahu. Gaza puede parecerse a la campaña en el Líbano, donde las tropas israelitas no pudieron derrotar a Hizbullah y terminaron retirándose. Cada semana que pase sin que la invasión logre una victoria completa será un fracaso de Israel. Habrá dejado mucha muerte y destrucción a su paso, con el dolor y odio consiguientes, y no habrá logrado su propósito de aplastar a Palestina.

El oficio más bonito del mundo tiene esperanza – CCS

Irene Casado Sánchez

Existen muchas clases de periodistas. Tantos como adjetivos. Está el periodista aventurero, el trágico, el modesto, el rápido, el listillo, el ambicioso, el comedido… Pero hay un periodista indispensable: el honesto.

Decía Ryszard Kapuscinski que para ser buen periodista hay que ser buena persona. Una cualidad sin la cual no es posible desempeñar la profesión más bonita del mundo, como afirmaba el genio Gabriel García Márquez. Desde hace algunos años, este oficio ha perdido credibilidad y, muchos de sus profesionales, el respeto de los ciudadanos. Sin embargo, aún queda esperanza y mucho talento para sacar a flote un oficio que vela por las libertades y la democracia. Aún hay buenas personas.

Los mejores periodistas son “aquellos que a pesar de su profesionalidad, su rigor y su talento, han tenido que dejar la profesión porque sus empresas han hecho un ERE”. Los que “se han visto privados de su libertad por hacernos llegar información potable”. Son las palabras de Jordi Évole, guionista y presentador de ‘Salvados’, al recibir el premio de la Asociación de la Prensa de Madrid (APM) al Mejor Periodista del año.

El guionista catalán recordó en su discurso a Marc Marginedas, Javier Espinosa y Ricardo García Vilanova, tres profesionales de la información que fueron secuestrados y retenidos mientras cubrían la guerra en Siria. Son tres ejemplos de los muchos periodistas que renuncian a sus hogares, a la normalidad, al confort de una cama, o a un plato de comida caliente. Un sacrificio que se convierte en un modo de vida, todo para contar qué sucede más allá de nuestras fronteras.

Pero no hace falta irse tan lejos para ser un buen periodista. Los mejores profesionales son “los que han publicado el nombre de la entidad financiera que había detrás de un desahucio aunque su periódico o su medio estuviese refinanciando su propia deuda con ese banco”, señaló Évole. Desde que la información se enredó con el poder financiero, hasta casi fusionarse, pocos han sido los valientes que han sacado a la luz las malas praxis de bancos y empresas.

El silencio informativo es tan dañino como la mala información. En un contexto marcado por los recortes, los despidos de trabajadores y la deuda, muchos medios, y por ende sus profesionales, han enfermado de mutismo. Por eso, el polémico presentador aplaudió a “los que han denunciado las malas prácticas del presidente de su Comunidad Autónoma aunque con ello corriesen el riesgo de quedarse sin parte de la publicidad institucional”. Periodistas honestos que dejaron de lado su miedo para cumplir con su labor: informar de forma veraz y lo más objetiva posible a los ciudadanos.

El poder de la información es inmenso. Desde las esferas políticas y económicas es elemental controlar a sus profesionales, comprar sus palabras para tergiversar la realidad para así mantener su imagen y conseguir apoyo popular. Para ser un buen periodista no basta con ser honesto. También hay que ser desconfiado y sensato con las suculentas y nada inocentes manzanas que le prometen el paraíso. Porque, como enfatizó Évole, los mejores profesionales son aquellos que “se negaron a ir al mundial de Brasil con todos los gastos pagados por Iberdrola”.

Periodistas que arriesgan sus vidas en conflictos armados, que plantan cara al poder financiero y político aunque de ello dependan sus puestos de trabajo, esos son, sin duda, los mejores. Tampoco es posible olvidar a aquellos que “han arriesgado y se han buscado la vida con nuevos medios de comunicación para contar lo que pasa a pesar de la precariedad”.

Medios que salen adelante gracias a la entrega de los periodistas que trabajan sin descanso más de 12 horas al día en sus redacciones. Que renuncian a días festivos, puentes y sueldos de ensueño porque creen que otro periodismo es posible. Que no cesan en su empeño por descubrir que hay detrás de los despidos de empresas como Coca-Cola, o que sucede con sus compañeros víctimas de los recortes de Telemadrid. Profesionales que siguen convencidos de que este oficio es el más bonito del mundo.

  • Periodista

vía El oficio más bonito del mundo tiene esperanza – CCS.

5 razones por las que leer las diapositivas te perjudica | The Speakers Lab

presentacionHe terminado los cursos de este ciclo. Ante mí presentaron personas de todas las edades, niveles profesionales y sectores, y la mayoría persiste en uno de los peores fallos que puedes cometer cuando presentas: leer el powerpoint.

Usar las diapositivas como guión para el presentador en lugar de emplearlas como un apoyo visual eficaz es una tendencia generalizada. Si te reconoces en esa situación, toma nota y dime si no te pasa lo siguiente.

5 maneras en que leer tu powerpoint te perjudica:

1. Pierdes el contacto visual con la audiencia

Al leer el powerpoint dejas de mirar a tu audiencia, y mirar a los ojos a alguien es hacerle saber que tenemos el canal de comunicación abierto. Si no miras a los ojos, no demuestras atención, empatía, ni ganas de interactuar.

¿Cómo pretendes que tu mensaje llegue a quien le expresas pocas ganas de comunicarte?

La mirada es esencial, y más cuanto menor es la audiencia. No renuncies a ese poder por leer un powerpoint.

2. Proyectas la voz hacia la pared

Si debes girarte a leer contra la pared porque tu pantalla es la misma que la que leen los asistentes, consigues que la mayor parte de la presentación se resuma a ti hablando con la pared. El resultado es que no ayudas a que tu mensaje llegue con la máxima nitidez a tu audiencia.

Hablar en público tiene sus propias barreras de comunicación por la distancia a superar entre los interlocutores, no lo pongas aún más difícil.

3. Te conviertes en un elemento de atrezzo en escena

Si tienes el vicio de leer tu powerpoint, te habrás percatado de que siempre te sitúas a un lado del escenario. Para que todo el mundo vea bien tus diapositivas, te colocas en una esquina. ¿Y ubicándote a un lado aún pretendes ser guía de ese grupo? ¿Quieres influir sobre unas personas que te ven al margen, en un rincón?

Asume tu papel de protagonista, demuestra tu liderazgo ocupando el centro de escena y dominando tú el espacio.

4. Pierdes credibilidad

Cuando requieres de unas diapositivas (o de un papel) para comunicar un mensaje tu credibilidad cae en picado. Cuando cuentas algo que dominas y crees realmente, no necesitas leerlo. Por lo tanto, si lo lees, debe ser que no te lo crees mucho o dudas sobre lo que dices. O, al menos, es lo que estás transmitiendo a tus oyentes.

Si quieres dar valor a tu trabajo, demostrar tu valía profesional, no te hagas prescindible. Cuanto más contenido sale en el powerpoint y menos sale de ti, más reemplazable eres.

5. Te lo pone más difícil

Aunque tengas la sensación de que almacenar todo el contenido en la slides te ayuda, déjame sorprenderte: más te ayudaría no tenerlas.

Cuando tu el contenido está en el powerpoint, estás atado a él. Debes decir las cosas en el mismo orden y con las mismas palabras de las diapositivas. Ese encorsetamiento resalta cuándo te equivocas o te dejas algo, y la presentación termina siendo un ejercicio de cazar gazapos del presentador.

En cambio, si las diapositivas contienen lo mínimo (unas palabras o iconos, una tabla) te explicarás como te salga en ese momento, de forma natural. Así consigues un discurso fluido. Recuerda que cada clic te obliga a estar pendiente de qué saldrá en pantalla para ir retransmitiéndolo.

Conseguirás mejor efecto si dejas que salga una diapositiva ilustrativa y consigues contar tu historia.

Aunque aún hay más desventajas, he destacado estas como las más críticas. ¡Y eso que no te he puesto en el supuesto de un fallo técnico que te impida proyectar!

Quizás ahora te preguntes ¿qué pongo entonces en mi powerpoint? Quizás te interesaría recibir nuestro curso de Impacto Visual, donde aprenderás a crear visuales que realmente funcionan, que te apoyan sin ensombrecerte y que muestran profesionalidad.

vía 5 razones por las que leer las diapositivas te perjudica | The Speakers Lab.

Cristales rotos

José Carlos García Fajardo

El escritor judío Primo Levi escribió Los hundidos y los salvados, en 1986, un año antes de su suicidio, desesperanzado de la condición humana que fue capaz de perpetrar los exterminios en campos como Auschwitz. Se preguntaba si lo sucedido allí podría repetirse, “si volverían a darse exterminios en masa, unilaterales, sistemáticos, mecanizados, provocados por un Gobierno, perpetrados entre poblaciones inocentes e inermes, y legitimados por la doctrina del desprecio”.

Primo Levi había padecido hasta el límite, pero alertó ante una tragedia semejante ocurrida en Camboya, en 1975, y previó que los factores que habían conducido a las matanzas alemanas podrían reproducirse.

Si Primo Levi hubiera sobrevivido, jamás hubiera comprendido a unos en su pueblo judío, que lleva a cabo una operación de exterminio sistemática de ciudadanos palestinos y en contra de las Resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU, aunque no se utilicen los terribles lager. El Gobierno del estado de Israel dispone de esos medios y está dominado por “la doctrina del desprecio”: a sus ojos, la vida de los palestinos no merece respeto y los tratan como si pertenecieran a una raza inferior, que no existe en ningún lugar de la Tierra.

Los gobiernos más extremistas de Israel, les han arrebatado los derechos humanos más elementales, el derecho a su tierra, a su cultura, a su educación, al trabajo y a todo lo que conlleva el derecho a vivir con dignidad. Por eso los persiguen, los hostigan, los expolian, los asesinan “selectivamente”, hasta que se vean forzados al exilio para sobrevivir.

Se reproduce la historia en su caricatura más perversa. El pueblo judío padeció el destierro y el exilio en numerosas ocasiones, la última desde la destrucción de Jerusalén por Tito en el año 70. Sus rabinos los convencieron de que ese castigo obedecía a su resistencia a los planes del Dios que los había elegido, segregándolos como a pueblo elegido.

Así caminaron, sometidos, bajo el peso de una culpa inventada y que se acrecentó con el falso cargo de pueblo deicida, culpable de la crucifixión de Jesús de Nazareth. ¡Como si un pueblo pudiera ser responsable de crimen alguno, máxime cuando los seguidores del rabino de Nazareth eran judíos o prosélitos en su inmensa mayoría!

Destierro, culpa, exilio, sumisión, hasta que surge la oportunidad de la venganza transfiriendo toda su frustración contra otro pueblo en sus bajas horas históricas. Y ahí se transmuta el perseguido en perseguidor, la víctima en verdugo, el oprimido en opresor. Pero nunca será un pueblo, ni una raza, ni una nación, sino una minoría que ha alcanzado el poder político con ayuda de otros cuya oscura conciencia de culpa se manipula.

El pueblo judío no es culpable, ni responsable de crimen alguno. El planteamiento sionista de Teodoro Herzl truca los datos para conseguir una reparación mediante la venganza, utilizando la fuerza del dinero, su influencia en los medios y de los lobbies como si les perteneciera por derecho propio la antigua tierra que dicen que se la prometieron a ellos, por eso creen con derecho a arrebatarla mediante la fuerza a los palestinos.

Pero un gobierno enloquecido en una limpieza étnica sólo se detendrá si Estados Unidos, la Unión Europea y los países libres de la ONU presionan hasta obligarlos a desistir de su criminal política. Bastaría con la suspensión de la descomunal ayuda de Estados Unidos para convencer a los ciudadanos israelíes de la inviabilidad de su proyecto. Pero ha optado por el unilateralismo en política exterior. A pesar de que prestigiosos analistas en The New York Times, The Washington Post y hasta el diario israelí, Haaretz, alzan la voz de alarma ante el inhumano plan de ahogar económicamente a todo un pueblo mediante un muro de ignominia en tierras palestinas, la poda de cerca de 100. 000 árboles, la destrucción de miles de kilómetros de cañerías de agua y la demolición de millares de casas como “medida preventiva”.

Esta actitud de los grupos más fanáticos es inhumana como lo fueron las humillaciones, incendios, noches de cristales rotos, y estrellas amarillas que los nazis infligieron a los judíos antes de llevarlos a los campos de exterminio.

La opinión pública mundial y las instituciones supranacionales tienen que tener presente que sin palizas, incendios y cristales rotos, nunca hubiera existido Auschwitz y los demás campos de exterminio que llevaron a proferir el grito de “¡Nunca más!” a todo un pueblo, ante el silencio vergonzoso de quienes, con su cobarde actitud, se convirtieron en cómplices de un crimen contra la humanidad.

  • Profesor Emérito de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) Director del Centro de Colaboraciones Solidarias (CCS)

Consumir, un acto político

Marta González Borraz *

Cuál es la verdadera historia de las cosas. Cuánto cuestan en realidad y qué hay detrás de los productos consumidos. Son las preguntas que la urbanista estadounidense Annie Leonard comenzó a hacerse en la fila de una tienda para pagar un aparato de radio que sólo costaba 4,5 dólares. No podía creer que este importe cubriese todos los costes de producción y venta: materiales, transformación, transporte, distribución… Comenzó entonces una investigación que concluyó con una idea: lo que no se paga en la tienda, lo pagan otras personas al otro lado del mundo. El consumo tiene consecuencias sociales, económicas y medioambientales y detrás de muchos productos se esconde la realidad de miles de personas que trabajan en condiciones análogas a la esclavitud con el objetivo de que lo fabricado llegue nuevo, limpio y barato a los escaparates.

Empresas de la industria textil han sido denunciadas en numerosas ocasiones por imponer condiciones precarias a sus trabajadores en países como Bangladesh o Marruecos: insalubridad, inexistencia de derechos laborales, jornadas de entre 12 y 16 horas y salarios de miseria. En la República Democrática del Congo son miles los niños que ven truncado su futuro. Un 30% son explotados en las minas de coltán, un metal esencial para la fabricación de teléfonos móviles, videoconsolas y otros aparatos de alta tecnología. Los recursos naturales se agotan y la producción incesante atenta contra la sostenibilidad medioambiental y la biodiversidad de los ecosistemas. Si toda la población consumiera al mismo ritmo que un residente medio de Estados Unidos se necesitaría un total de cuatro tierras para regenerar la demanda anual de la humanidad sobre la naturaleza.

Annie Leonard llama a estas consecuencias “externalidades negativas”. Se trata de que el coste real de los productos consumidos no está reflejado en los precios. Una lata de Coca Cola provoca efectos directos en la vida de decenas de comunidades locales. La compañía de refrescos más grande del mundo también es la mayor compradora de azúcar. Algunas de sus empresas proveedoras han sido denunciadas por acaparamiento de tierras en Brasil y Camboya. Varias organizaciones han recogido testimonios de familias que han tenido que abandonar sus reservas indígenas.

La deslocalización ha permitido a las multinacionales trasladar sus fábricas a lugares del mundo en los que apenas existe legislación laboral, la mano de obra es más barata, los impuestos que deben pagar inferiores y los controles medioambientales muy laxos. En el modelo imperante, la economía está por encima del ser humano y del interés general y responde a una lógica de crecimiento sin fin. Para el economista Serge Latouche esto solo “conduce al desastre”. “Es impensable crecer y producir de forma ilimitada en un planeta de recursos finitos”, sostiene.

Latouche es uno de los máximos exponentes de la teoría del decrecimiento, que afirma que “vivir con menos es vivir mejor”, para lo que la sociedad debe dejar de consumir por consumir. Sin embargo, existen dos pilares del sistema que lo dificultan: la obsolescencia programada y la percibida. La primera consiste en que los productos están diseñados para ser desechados en un determinado periodo de tiempo, de forma que resultará más fácil y más barato comprar otro nuevo que arreglarlo. La segunda es la que convence al consumidor de que los productos, a pesar de funcionar, ya no son útiles ni actuales. Para ello la publicidad, abanderada del “tanto tienes, tanto vales”, juega un importante papel.

Para las periodistas Nazaret Castro y Laura Villadiego es fundamental que la ciudadanía tome conciencia sobre la procedencia de los productos que consume y sobre qué implicaciones sociales tienen. Por ello, pusieron en marcha el blog Carro de Combate, con el que pretenden manifestar que “el consumo es un acto político”. Consideran que consumir de una forma u otra, o no hacerlo, “es un tipo de activismo que nos puede llevar hacia un modelo más justo y más humano”. Se trata de consumir con criterio y no caer en la trampa de confundir deseos con necesidades. Cooperativas, mercados sociales, intercambios, consumo local y de proximidad… son algunas de las alternativas que proponen y que sitúan a las personas por encima del mercado. El consumo es una herramienta determinante para construir una sociedad digna y equitativa.

  • Periodista

Vertederos marinos

José Carlos García Fajardo*

“Tenemos el fondo del mar lleno de basura. Es como un sumidero”, denuncia Joan B. Company, investigador del Instituto de Ciencias del Mar, del CSIC. Al equipo que estudió el problema no le parece una exageración llamar vertederos a los océanos. Son todavía peores porque, en el fondo marino esas basuras no están inertes sino que actúan de forma descontrolada. En el estudio comprobaron que un 41% de los residuos son plásticos; un 34%, redes de pesca; otro 7% corresponde a metales; un 4%, vidrio; un 1% clinker (residuo de la calcinación de metales) y un 13%, otros tipos de basura. La densidad se ha medido en número de objetos encontrados por hectárea.

Bolsas de plástico, botellas, redes de pesca, madera, vidrio y todo tipo de metales aparecieron en profundidades que van de los escasos 35 metros del Golfo de León hasta los 4.500 del cañón submarino de Cascais. Los autores del trabajo, procedentes de 15 instituciones científicas europeas, destacan que el alto coste y las dificultades técnicas de tomar muestras en las profundidades marinas habían impedido hasta ahora obtener un mapa de los lugares y los tipos de basura de los océanos.

El equipo de Company investigó desde el cañón submarino de Blanes, delante de la costa de Barcelona, hasta Creta. Desde dos buques oceanográficos del CSIC lanzaron al fondo redes de arrastre de pesca, con las que se atrapa desde pescado hasta la basura más inimaginable. Encontraron desde una taza de váter hasta la caja de un bote salvavidas de un avión F-15, pasando por una cartera con documentos que la Policía de Creta creyó que pertenecía a un hombre desaparecido un año atrás y añade, en algunos puntos, extrajeron más basura que biomasa. Mientras el equipo del CSIC contó a mano lo que salió de las redes de arrastre, el resto de investigadores emplearon principalmente vídeos con imágenes submarinas tomadas por vehículos operados a control remoto, informa E. Santiago.

“Desde que hace 20 o 25 años empezamos a estudiar la ecología de los grandes fondos marinos vimos que había basura. Sabíamos que estaba allí, y que en algunas zonas era realmente grave. Había que cuantificarla, y hacerlo a nivel europeo”, dice Company. “No se puede limpiar a 1.000 metros, así que no hay otra solución que prevenir. La basura no tiene que llegar allí”, añade. Lo saben bien en la Unión Europea, que incluyó el problema de la basura marina en la directiva marco de estrategia marina de 2008, y la ONU, que lo califica como “desafío global”. Los líderes mundiales firmaron en la Conferencia Río+20 sobre desarrollo sostenible un compromiso “para reducir significativamente en 2025 la cantidad de desechos marinos y así prevenir daños al medio ambiente costero y marino”.

Naciones Unidas estima que cada año 6,4 millones de toneladas de basura acaban en los océanos de todo el mundo. Aves marinas, tortugas y mamíferos mueren al ingerir o enredarse en objetos de plástico, redes de pesca y otros residuos peligrosos. La degradación de algunos de ellos genera micro plásticos que pueden contaminar toda la cadena alimenticia. El impacto más visual de esta suciedad marina son las gigantescas islas de plástico que flotan en varios océanos, como el llamado séptimo continente, un impresionante vertedero marino en el Pacífico al que se supone una superficie de entre tres y siete veces España. Pero, ¿qué ocurre en el lecho marino, allí donde nadie ha buscado esa basura?

Varios equipos de investigadores de toda Europa han estado más de una década tomando muestras en 32 puntos repartidos por el Atlántico, el Ártico y el Mediterráneo. Y han encontrado que la basura generada por el hombre está en todas partes: desde las playas hasta los fondos marinos más profundos y más remotos. Lugares tan recónditos que ni siquiera se habían explorado hasta entonces. “En muchos casos, estas han sido nuestras primeras visitas. Ha sido sorprendente comprobar que nuestra basura ha llegado allí antes que nosotros”, resume Kerry Howell, de la Universidad de Plymouth (Reino Unido).

En un estudio dado a conocer en PLOS One dan respuesta tratad de dar respuesta a la pregunta de qué podemos hacer, y no vacilan en responder que es imposible limpiar a más de mil metros bajo la superficie del mar, sólo cabe reconocer el desastre, mentalizar a las poblaciones, a las empresas que sólo buscan sus beneficios, a los buques que limpian sus sentinas, los “cementerios” de bidones con residuos nucleares y químicos; y que hacen trasiegos de líquidos letales en alta mar sin cuidarse de sus consecuencias. Esta es la auténtica piratería que los gobiernos de las naciones deberán exterminar porque nos va en ello la subsistencia del planeta Tierra, y de todos nosotros.

  • Profesor Emérito de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) Director del Centro de Colaboraciones Solidarias (CCS)

La FIFA Nostra

Carlos Miguélez Monroy *

“Por supuesto que designar Catar como sede del Mundial en 2022 fue un error, pero cometemos muchos errores en la vida”, dijo en un ataque de sinceridad el presidente de la FIFA, Joseph Blatter. Pero no todos los errores cuestan los 200.000 millones de dólares que calcula la empresa Deloitte en infraestructuras y otros gastos para una cita mundialista que se considera inviable en el verano por las temperaturas y en el invierno porque coincide con las ligas europeas. Tampoco los desaciertos implican la utilización de mano de obra en condiciones de esclavitud proveniente del sudeste asiático.

Blatter también se disparó en el pie al afirmar que Francia y Alemania presionaron para esa designación, lo que anticipa todo tipo de conjeturas sobre lo que hay detrás de esas presiones, sobre los patrocinios, la publicidad, las giras de los equipos más ricos y de las superestrellas por todo el mundo. Cualquiera que vea partidos de alto nivel en el fútbol europeo ha estado expuesto a miles de anuncios y publicidad de Qatar Foundation, Fly Emirates, Azerbaijan, Hyundai, Gilette, Samsung, Heineken. Casualidad o no, el hartazgo, el cinismo y el escepticismo de la gente trasciende la política para alcanzar lo que hasta hace poco se consideraba una droga infalible para las supuestas masas.

Dejó de serlo hasta en Brasil, quizá el pueblo más futbolero del mundo. El país sudamericano se ha convertido en un hervidero contra la celebración del mundial a pocos días de su inauguración. Los manifestantes se declaran amigos del fútbol, pero más amigos de una vida digna que se les aleja por el encarecimiento del transporte público, las deficiencias en la educación pública básica y en los sistemas de salud. Junto con las denuncias de desalojos forzados en ciudades como Fortaleza para la construcción de infraestructuras, los ciudadanos se han enterado de que los gastos para el máximo evento futbolero supera el gasto de los mundiales de Alemania y Sudáfrica juntos.

“Imagina que tengo una familia muy pobre, no puedo pagar la comida de mis hijos, mi casa es un caos, no sale agua de la ducha y de pronto digo: ‘¡voy a organizar una fiesta!’ El mundial no provoca desigualdad, pero la refuerza y la hace más evidente”, dice Carla Toledo Dauden, activista brasileña que se dio a conocer con un video que cuenta con casi 7 millones de visitas. Su cámara fue de las primeras en captar la ebullición que vive su país y que se ve cada día en imágenes de televisión.

Aunque dice no poder afirmar que la designación de su país como anfitrión, considera que el gobierno de Lula presionó en muy fuerte en un momento en que a Brasil le convenía proyectar una imagen de progreso y modernidad.

“La FIFA ha estado eligiendo países empobrecidos de los que se pueden aprovechar y sacar más dinero del mundial. Es más fácil cambiar las reglas de juego en esos países”, afirma.

Quien sí equipara a la FIFA con las mafias es el periodista Andrew Jennings. En una ocasión declaró: “Esta familia criminal tiene incluso sus propios tribunales privados de la FIFA y un sistema de disciplina que no puede ser impugnado ante los tribunales civiles. Y tiene una cultura de omertá, un código de honor y silencio. ¿Ha oído hablar de algún funcionario de la FIFA que denuncie a sus jefes?”

Además de la sombra de corrupción que planea sobre el fútbol, la elección de sedes provoca rechazo cuando no se cumplen unos estándares aceptables de derechos humanos, como ocurre con Qatar y con Rusia, sede en 2018. En el caso de Qatar, ni siquiera existe una tradición futbolística que sí hay en Rusia y, por supuesto, en Brasil.

El “periodismo deportivo” también contribuye a la indignación incluso de personas apasionadas por el fútbol. Los coches de lujo, los diamantes en las orejas y las mansiones con gimnasio propio chocan con las “tristezas” que manifiestan algunos jugadores cuando buscan mejorar su contrato. El futbolista Carlos Vela declaró que desearía volver a casa al terminar su jornada de trabajo sin que nadie lo molestara. Nadie lo haría si se levantara a las 6:00, como muchos de quienes lo han idolatrado a él y a muchos otros ídolos de barro hasta ahora.

  • Periodista y coordinador del Centro de Colaboraciones Solidarias (CCS)

vía Outlook.com – elvis_ramirez27@hotmail.com.

Ciencia y conocimiento. ¿Cómo aplicarlos a la comunicación?

El-sueño-de-AliciaAfortunadamente, Eduardo Punset no se ha dedicado a la literatura.

Su último libro, El sueño de Alicia, es un fiasco narrativo pero incluye una buena noticia: si no has leído mucho a Punset, sirve de excelente resumen de muchas de las teorías que se ha encargado de divulgar en otras obras. [Tienes alguna reseña de sus últimos libros al final del artículo].

Se trata de recetas que nos ofrece la ciencia para entender cómo somos y cómo pensamos. Y a partir de ahí, aplicarlas para mejorar nuestra vida personal y profesional (en el ámbito de la comunicación existen enormes posibilidades).

Aprendizaje y conocimiento

Las claves del aprendizaje: focalizar la atención (a pesar del entorno actual), trabajar en equipo y gestionar las emociones.

El conocimiento, la experiencia, el sentido crítico, la apertura mental… han sido siempre claves, pero ahora son imprescindibles.

Cuando la única herramienta de que disponemos es un martillo, tendemos a creer que todos los problemas son un clavo. Abraham Maslow

Hay más preguntas sin respuesta que con ella

Cambio

Cuando todo cambia, la manera más fácil de ser infeliz es no cambiar nunca de forma de ser o pensar.

Claves de comunicación

Es imposible predicar y ser escuchado (comunicar, en definitiva) sin distraer o entretener.

Los sonidos tienen mayor poder asociativo, empático y sugestivo que la imagen, el gusto o el tacto.

La emoción es más potente que la razón. Joseph Ledoux

Poner imágenes a un concepto abstracto en el cerebro surte un efecto inmediato. No visualizamos fácilmente el hambre en África pero, en cambio, la imagen de un herido en la carretera activa reacciones inmediatas de solidaridad.

Empatía

La especie humana puede considerarse la más empática, pero también la más violenta, capaz de perpetrar asesinatos y genocidios.

Felicidad

Ganar o perder la guerra no era, necesariamente, lo que más feliz hacía a la gente; aprender a gestionar sus emociones era considerablemente más importante para garantizar los niveles de felicidad [Salvo que perezcas en ella, intuyo 😉 ].

Memoria

No es conveniente fiarse de la memoria para los detalles. A veces, fabricamos o adulteramos nuestros propios recuerdos a partir de las imprecisiones de la memoria.

Optimismo

El cerebro de las personas positivas parece estar sintonizado para detectar aspectos buenos de la vida que otros pasan por alto.

Salud

La salud depende de los niveles de felicidad.

La salud física es el primer requisito para la salud mental.

Visión de la realidad

Nuestra manera de evaluar la realidad que nos rodea depende en buena medida de nuestro estado de ánimo.

vía Luis Miguel Díaz-Meco – Comunicación corporativa y 2.0 » Ciencia y conocimiento. ¿Cómo aplicarlos a la comunicación?.

Diez lecciones de narrativa y periodismo en «Madrid, 1987»

fotograma 50Con la película Madrid, 1987 (2012) dirigida por David Trueba se pueden aprender muchas cosas interesantes de la vida y el amor, pero esas preferimos que las descubráis por vosotros/as mismos/as.

Lo que os traemos aquí son diez lecciones de narrativa; o lo que es lo mismo, diez razones por las que los periodistas o estudiantes de periodismo tienen que ver esta película:

  1. “Escribir bien es lo único que puede hacer un escritor por el mundo.”
  2. “Cuando uno escribe en los periódicos todos los días desde hace 25 años, no se lleva bien ni con su sombra.”
  3. “La literatura pelea por contar con palabras lo que no se dice con palabras.”
  4. “La gente tiene que enamorarse de lo que dices.”
  5. “Las palabras que parece que obligan a algo son siempre mentira. A nadie le obliga una palabra.”
  6. “Yo no escribo para que me lean. Escribo para que me paguen.”
  7. “Solo lo que es verdad puede emocionar.”
  8. “Hay quien viaja con una novela dentro toda la vida.”
  9. No te fíes de las palabras; parecen una cadena, pero se rompen.”
  10. Profesores de periodismo… ¿acaso a los perros les dan clase para ser perros?

vía spictures31 blog: Diez lecciones de narrativa y periodismo en «Madrid, 1987».

El Califa de Bagdad

Adrián Mac Liman *

Todo empezó con un extraño e inesperado anuncio: los miembros del Estado Islámico de Irak y Siria (ISIS), incapaces de hacer frente a la ofensiva del ejército regular de Damasco, decidieron abandonar Alepo para adentrarse en suelo iraquí. Curiosamente, la mal llamada retirada estratégica desembocó en la espectacular ocupación de la mitad Norte de la antigua Mesopotamia y la proclamación del Califato islámico, es decir, de una entidad confesional que desconoce las limitaciones geográficas del mundo moderno o, si se prefiere, los confines establecidos artificialmente a comienzos del siglo XX por el acuerdo Sykes – Picot.

Los combatientes de ISIS no dudaron en proclamar califa a su líder, Abu Bakr al Bagdadi, un radical islamista nacido hace 43 años en la localidad iraquí de Samarra. El califa anunció  que iba a destruir la Kabba, la mítica piedra situada en la Mecca y conquistar poblaciones saudíes para poder trasladar el centro de operaciones del ISIS en la tierra de los wahabitas. Con esa advertencia, al Bagdadi retoma el discurso de Osama Bin Laden, quien solía calificar a la Casa Real saudí de excesivamente tibia a la hora de aplicar los preceptos del Islam tradicional. Para el autoproclamado sucesor de Mahoma por… voluntad de Alá, el mundo musulmán tiene que volver a sus raíces, a la guerra contra el infiel.

Al Bagdadi, declarado en 2011 el hombre más peligroso del mundo, dirige la agrupación religiosa más violenta del mundo islámico. Los propios líderes de Al Qaeda censuran el fanatismo de ISIS y se desolidarizan de sus acciones despiadadas. Por su parte, otros grupos de corte islámico critican la decisión del Estado Islámico de proclamar el califato, considerando que aún no se dan las condiciones objetivas para el establecimiento o, mejor dicho, el restablecimiento de las estructuras teocráticas abolidas hace nueve décadas, tras la desaparición del Imperio otomano. En realidad, los cabecillas de los movimientos yihadistas que combaten en Siria no parecen muy propensos a rendir pleitesía al nuevo califa, como lo exige la ley islámica. Para ellos, al Bagdadi sólo es uno de los suyos, uno más.

Curiosamente, la espectacular ofensiva los combatientes de ISIS no provocó la ira (ni la preocupación) de la clase política occidental. El actual inquilino de la Casa Blanca se limitó a hacer oídos sordos a las llamadas de auxilio de las autoridades de Bagdad, alegando que los Estados Unidos sólo intervienen en los conflictos cuyas repercusiones suponen un peligro real y directo para su seguridad. En este caso concreto, Irak, el país bombardeado, ocupado y sometido por los duendes de la guerra transatlánticos queda… lejos. Sin embargo, Washington no disimula su malestar cuando la fuerza aérea iraquí recibe aviones de combate de fabricación rusa. Moscú, con más criterio, hace todo lo que está en su poder para frenar el avance islamista. Pero los norteamericanos exigen, como contrapartida, cambios radicales en las estructuras de gobierno iraquíes. Mientras el primer ministro Nuri al Maliki se niega a aceptar los ukases de Washington, el presidente del Gobierno Regional de Kurdistán, Masud Barzani, coquetea con la vía secesionista. Razones no le faltan. Y una, tal vez la más importante, es… el petróleo. ¡Qué duda cabe de que se trata de un seguro de vida para muchas generaciones de kurdos!

A río revuelto… Los combatientes del ISIS cuentan, al parecer, con apoyos variopintos. Según Daniel Pipes, director de la publicación The Middle East Quarterly, uno de los valedores del Estado Islámico sería el Primer Ministro turco, Tayyep Recep Erdogan, quien se entrevistó en varias ocasiones con el emisario del ISIS, Yasín al Qadi,. Siempre según Pipes, Turquía habría pagado alrededor de 800 millones de dólares al Estado Islámico por suministros de oro negro. Conviene señalar que la cadena de televisión estadounidense CNN llegó a emitir un reportaje titulado Las rutas clandestinas de los contrabandos yihadistas a través de Turquía.

Norteamericanos, turcos, árabes, europeos. Todos aquellos que contaban con la derrota de Bashar el Assad y la desaparición del régimen baasista apoyaron o apoyan a los grupúsculos yihadistas que combaten en Siria e Irak.

“A eso lo llamamos tirar piedras en el propio tejado”, confesaba recientemente un politólogo ruso, preocupado por el avance del radicalismo islámico en el Cáucaso. Es decir, en una posible, aunque por ahora hipotética región del Califato de Bagdad.

* Analista político internacional

Legitimidad perdida del sistema

Xavier Caño Tamayo *

Sostiene el economista chileno Max Neef que la economía neoliberal mata a más gente que todos los ejércitos del mundo juntos. Pero, además de violar el fundamental derecho a la vida, se perpetran de modo sistemático más violaciones de otros derechos. Derecho al trabajo, a salario digno, a vida digna, a vivienda adecuada, a educación, a asistencia médica, a seguro de desempleo… Violaciones que son delitos, pero un hipócrita doble rasero considera mayor crimen robar a una persona con una navaja que condenar a la pobreza, al hambre y a la enfermedad a cientos o miles.

En 2011, Lourdes Beneria y Carmen Sarasúa definieron el crimen económico como una acción inhumana de carácter económico que causa graves sufrimientos a una población civil. Y lo asociaron al crimen contra la humanidad, que el Tribunal Penal Internacional define como “cualquier acto inhumano que cause graves sufrimientos o atente contra la salud mental o física de quien los sufre, cometido como parte de un ataque generalizado o sistemático contra una población civil”. Fue entonces cuando se conoció la criminalidad de grandes empresas como Goldman Sachs, Lehman Brothers y bancos y aseguradoras en la gravísima crisis financiera que estalló en 2008 con terribles consecuencias para el mundo.

Cinco años después la situación es peor. La pretendida respuesta a la crisis financiera se ha transformado en una auténtica ofensiva de la élite económica contra el resto de la humanidad. En ese terrible escenario, la ONU ha aprobado elaborar un tratado vinculante para vigilar el respeto de los derechos humanos por las multinacionales.

El acuerdo ha sido aprobado en el Consejo de Derechos Humanos por veinte votos a favor, catorce en contra y trece abstenciones. De los catorce votos opuestos, seis son de Francia, Alemania, Irlanda, Italia, Reino Unido y Estados Unidos. Países que presumen de defensores de los derechos humanos, pero que ahora ya sabemos que defienden los intereses de las multinacionales.

En ese panorama, documentos revelados por Wikileaks muestran las intenciones de las grandes potencias con el Acuerdo sobre Comercio de Servicios (TISA por sus siglas en inglés) que se negocia en secreto entre Estados Unidos y cincuenta países. Acuerdo que, de firmarse, decapitaría la capacidad de los Estados para regular, vigilar y controlar la inversión extranjera. Facilitaría el saqueo de los bienes comunes y servicios públicos por las multinacionales. Ese TISA se negocia al mismo tiempo que el Tratado de Libre Comercio e Inversión entre Estados Unidos y la Unión Europea y el Acuerdo Estratégico Trans-Pacífico de Asociación Económica entre Estados Unidos y once países costeros del océano Pacífico. También en esos tratados se busca impedir que el Estado regule y controle la actuación de las multinacionales y así asegurarles el saqueo.

La Internacional de Servicios Públicos, organización que agrupa a 650 sindicatos de 148 países, ha advertido de que, si se firma el TISA, “se pondrá en peligro la salud, la educación, el suministro de agua y otros muchos servicios públicos, al dar vía libre a las multinacionales en cualquiera de los países firmantes”. Y, si se acuerda el tratado entre Estados Unidos y la Unión Europea, será el acta de defunción de la democracia, porque el mecanismo regulador de conflictos entre inversores y estados que propone ese tratado es una patente de corso para que las multinacionales impidan gobernar a los gobiernos en defensa de sus ciudadanías.

Las multinacionales nos amenazan con violaciones masivas de derechos con la infame complicidad de muchos gobiernos. Si el derecho a la vida, a no ser torturado, a no ser detenido arbitrariamente, a la libertad de pensamiento y de religión, a la libertad de opinión y expresión son sagrados y su violación provoca rechazo y genera respuesta penal, ¿por qué no ocurre lo mismo cuando se violan derechos económicos y sociales? Más aún cuando los tratados indicados amenazan con provocar una avalancha de sufrimiento colectivo.

Gobiernos y voceros al servicio de las élites arguyen que ellos son la legalidad. Y aquí cabe citar a Martin Luther King cuando recordaba que lo que hizo Hitler en Alemania era legal. Porque no es cuestión de legalidad sino de justicia y legitimidad. Y la mayoría de los actuales gobiernos han perdido toda legitimidad. Y como la democracia se ha convertido en un decorado, en una farsa las más de las veces, la ciudadanía no solo tiene el derecho sino el deber de desobedecer, de rebelarse. O no lo contamos.

* Periodista y escritor